Tras el anuncio, la semana pasada, de unos resultados financieros un tanto desiguales, el periodista de Macworld Jason Snell señaló que si este iba a ser el aspecto en el que Apple tubiera problemas, probablemente la empresa iba a estar bien. Incluso con sus principales categorías de productos yendo a la baja, Cupertino se las arregló para aumentar sus beneficios una vez más. Parece que, pase lo que pase, Tim Cook no sabe perder dinero.
Aun así, la reunión sobre las ganancias de la empresa nos volvió a recordar lo mucho que Apple se ha apoyado y sigue apoyándose en el iPhone, que apareció como un milagro en 2007 y que aún sigue dominando el mercado tecnológico.
De un total de 81.800 millones de dólares en ingresos este trimestre, la asombrosa cifra de 39.700 millones procedió del iPhone. Es impresionante que la gallina de los huevos de oro siga produciendo 16 años después, y alarmante que Apple aún no haya encontrado una nueva fuente de proteínas.
Dado que es poco probable que las Vision Pro desgaste la calculadora de Luca Maestri dentro de poco, un candidato más realista para sustituir al iPhone como campeón de los ingresos de Apple podría ser el Apple Watch. A día de hoy, sigue sin ser remotamente comparable (toda la división Wearables/Home, que también incluye los AirPods y los HomePods, alcanzó solo 8.300 millones de dólares en total), pero va por buen camino, pues esa categoría aumentó un 2 %, mientras que el iPhone cayó por el mismo margen.
Y el Apple Watch tiene mucho más espacio para crecer. Es un producto más joven, lanzado en 2015, en un sector más nuevo. En lugar de depender de tener que impulsar las actualizaciones a los usuarios existentes en un mercado saturado, el equipo encargado de los relojes de Apple está haciendo un buen trabajo para atrapar a recién llegados: la compañía dice que, en su trimestre fiscal más reciente, dos tercios de los compradores de Apple Watch compraron ese dispositivo por primera vez.
Además, el mercado de los smartwatches está mucho menos mercantilizado que el de los smartphones. Los teléfonos Android ofrecen una alternativa atractiva al iPhone, pero nadie ha desafiado realmente la hegemonía del Apple Watch. Es un poco como el dominio sin apenas esfuerzo del iPad en el sector de las tablets, excepto que con una perspectiva general más saludable.
Mientras que las perspectivas del iPhone 15 parecen inciertas (los primeros rumores sobre la siguiente generación nos hacen preguntarnos si deberíamos saltarnos la actualización de este año, aunque, ¿cuándo no nos hemos preguntado algo así?), parece que todo está saliendo a las mil maravillas para el Apple Watch en 2023.
Tras años de procesadores idénticos, el nuevo chip S9 debería ser una actualización atractiva, y ahora se espera que la versión de segunda generación del Apple Watch Ultra se lance este mismo otoño, mucho antes de lo que parecía probable. Con múltiples actualizaciones de hardware que merecerán la pena y una actualización significativa del sistema operativo para acompañarlas, no descartamos que, antes de que acabe el año, haya usuarios aún más novatos en el ecosistema del Apple Watch.
Obviamente, necesitarás un iPhone si quieres un Apple Watch, pero no necesitas la última generación. El Apple Watch es el último producto con “efecto halo”, un dispositivo relativamente asequible sin competidor que requiere otro dispositivo Apple. Puede que la gente cambie de iPhone a Android, pero poca gente, por no decir ninguna, va a renunciar a su Apple Watch por un reloj Galaxy o Pixel. Apple va tan por delante que las últimas actualizaciones del Apple Watch han sido relativamente menores y los nuevos compradores siguen acudiendo en masa al dispositivo.
De cara al futuro, es difícil pensar que el smartphone no tiene los días contados. Pero el smartwatch, como los escurridizos mamíferos que se escabulleron tras la extinción de los dinosaurios, tiene un lugar en el nuevo mundo.
Las Vision Pro no tendrían mucho sentido junto con un teléfono, pero podrían combinarse perfectamente con un Apple Watch como fuente adicional de información háptica y datos de salud, un conjunto adicional de controles que no es necesario ver.
Un posible futuro para la realidad aumentada y la realidad virtual es trasladar las entradas y gran parte de la potencia de cálculo a un wearable en la muñeca, y mantener los auriculares lo más finos y ligeros posible.
Con su dominante smartwatch, Apple está en una posición inmejorable para atacar el mercado tecnológico del futuro.
Artículo original publicado en la edición en inglés de Macworld.com.