La presentación de las gafas de realidad mixta Vision Pro de Apple en la WWDC 2023 del pasado lunes fue impresionante en muchos sentidos, desde el elegante diseño y las evidentes capacidades tecnológicas del propio dispositivo hasta la alta producción del vídeo en el que se mostraban. Pero la mejor actuación de la noche podría llevársela el esfuerzo de los presentadores para evitar los fantasmas de los fracasos del pasado.
Porque, como de costumbre, Apple no es la primera empresa en llegar a este mercado. Al menos, en sentido amplio. Las Vision Pro está abriendo nuevos caminos en algunos aspectos específicos.
Google trató de convertir la realidad aumentada en algo allá por 2013 y finalmente abandonó su proyecto Glass a principios de este año. Facebook está intentando desesperadamente que el metaverso sea una realidad y lo único que ha conseguido es convertir a su CEO en el hazmerreír de todos.
Y aunque HTC, HP y otras empresas están indudablemente ganando dinero con los cascos de realidad virtual, ninguna ha conseguido dominar el mercado ni convencernos de que la realidad virtual es una tecnología guay para gente guay.
Apple es claramente consciente de la historia, y resulta sorprendente lo cuidadosa que ha sido a la hora de evitar los escollos que han atrapado a competidores anteriores.
Los propietarios de Google Glass, por ejemplo, fueron insultados y a veces agredidos físicamente por transeúntes que se opusieron a ser filmados sin consentimiento, así que los presentadores de las Vision Pro hicieron todo lo posible por evitar que pudiera interpretarse mínimamente como cultura de la vigilancia.
La función de vídeo espacial se ilustró con un usuario en su propia casa filmando a miembros felices y cooperadores de su propia familia (es curioso, por cierto, que toda la demostración ocurriera en interiores). Se señaló cuidadosamente que las Vision Pro utilizan la pantalla exterior para señalar cuándo se está grabando un vídeo, por lo que no se podría hacer a escondidas.
El mensaje era sencillo: las Vision Pro son íntegras. Nadie lo podrá utilizar con fines ilícitos o siniestros. ¡Puedes incluso ver los ojos de la persona! Todo va bien.
Apple
En el otro extremo de la escala están los cascos de realidad virtual para gamers. Los juegos de RV son muy divertidos, pero casi cómicamente excluyentes; a tus seres queridos les costará llamar tu atención en mitad de la sesión, y apenas sabrás en qué casa estás cuando te detengas.
Todas las gafas que he probado me han metido en una burbuja y han hecho de ello una virtud: la inmersión es total, pero eso no se presta al contacto con el mundo exterior. Y esto genera estereotipos de frikis solitarios y aislados y escepticismo entre los sectores más agnósticos de la tecnología del público en general.
Dirigirse a un grupo demográfico relativamente pequeño de gamers empedernidos puede funcionar para las empresas más pequeñas, pero Apple necesita que sus gafas, con el tiempo, atraigan a casi todo el mundo. Al fin y al cabo, quiere que las Vision Pro ocupen el lugar del iPhone como plataforma central.
Es por eso que la compañía ha tenido que esforzarse en destacar que estas gafas son diferente. No te aíslan en una burbuja solitaria. Están diseñadas para que las uses con FaceTime con grupos enteros de amigos sonrientes; dan la bienvenida a otras personas cuando estás listo para participar mostrando tus ojos en la pantalla externa, y los detecta cuando se acercan para que pueda desaparecer el fondo.
La mayoría de las demostraciones tuvieron lugar en el contexto de grupos sociables, y en un lugar privilegiado en el sofá del salón, no escondido en un sótano o un dormitorio. (No importa que, al menos para mí, el caso de uso más convincente fuera el aislamiento total y dichoso en un avión ajetreado.)
Esa demostración del uso con FaceTime, por cierto, también llamaba la atención por su deliberado distanciamiento del torpe y poco atractivo mundo del metaverso. Como las Vision Pro te cubre la cara, es necesario, en aras de una buena comunicación, que el sistema genere una representación artificial de tu imagen.
Aún así, los avatares de las Vision Pro están mucho más cerca del realismo fotográfico que de la caricatura sin piernas del metaverso de Facebook. Y aunque presumiblemente sería posible (quizá incluso deseable) mantener una videoconferencia en un entorno virtual, sobre todo si todos los participantes utilizan las Vision Pro, la demostración tuvo lugar en una sala normal.
Los presentadores nos aseguraron que lo único que hacíamos en estos casos era traer a nuestros amigos y colegas a casa. Esto no es una sala de chat de dibujos animados. No somos como esa otra empresa.
Aprender de los errores de los demás
Las Vision Pro son más arriesgadas que la mayoría de los lanzamientos de productos de Apple porque se dirige a un mercado cuyo valor aún no se ha probado. ¿Será realmente la realidad mixta el próximo gran avance? Lo mejor que podemos decir al respecto es “quizás”.
El smartphone no dominará el sector para siempre, y algún día será desplazado por una nueva plataforma. Pero las cualidades del teléfono inteligente fueron evidentes desde el principio: se podía llevar a todas partes, se integraba discretamente en la vida cotidiana y era conceptualmente lo bastante parecido a las tecnologías existentes como para que los recién llegados entendieran cómo funcionaba.
La realidad mixta no tiene ninguna de esas ventajas, y el hardware todavía no es muy atractivo. Las gafas son voluminosas y pesadas, la duración de la batería es escasa y los métodos de control son completamente distintos a los que estamos acostumbrados.
Petter Ahrnstedt / Foundry
Todo esto significa que Apple tiene un enorme reto entre manos. No solo tiene que convencer a los clientes de que este producto específico es bueno; tiene que vender todo el concepto de realidad mixta.
Muchos clientes potenciales no están familiarizados con la tecnología, lo cual es un problema. Pero un problema mayor es el hecho de que otros sí lo están y no les gusta lo que han visto. Así que antes de que pueda llegar a forzar sus ventas, Apple tiene que arreglar el daño de relaciones públicas causado por las empresas que vinieron antes.
Todo esto asusta. No vivimos tan aislados como la realidad virtual, pero tampoco de forma tan intrusiva como las Glass. Queremos hablar del potencial de la interacción virtual, pero no queremos hacerte pensar en Mark Zuckerberg y el metaverso.
Queremos decir que se trata de un producto revolucionario, sin asustar a los clientes con demasiados cambios. Y queremos vender un concepto de producto que probablemente alcanzará su punto álgido dentro de varias generaciones, al tiempo que animamos a los desarrolladores a respaldarlo ahora mismo para generar impulso y crear contenido.
Francamente, es increíble que la presentación saliera tan bien como salió.
Artículo original publicado en la edición en inglés de Macworld.com.