El Consejo de la Unión Europea, órgano de gobierno que decide las normativas de los Estados miembros de la Unión Europea, acaba de aprobar una nueva normativa sobre baterías.
Técnicamente, es un conjunto de enmiendas y derogaciones de directivas anteriores sobre baterías, y su objetivo es proporcionar una infraestructura de almacenamiento de energía más ecológica para los países miembros de la Unión Europea.
Una vez que el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo firmen el reglamento, se pondrá en marcha un importante cambio en la industria de las baterías. Técnicamente solo se aplica a los Estados miembros de la UE, pero es una representación importante de la economía mundial y tendrá efectos globales.
En concreto, la normativa exigirá que los dispositivos portátiles (incluidos teléfonos, tablets y ordenadores portátiles) tengan baterías que los usuarios puedan sustituir fácilmente sin necesidad de hacer uso de herramientas ni formación especiales.
Esto requeriría un cambio masivo en el diseño de los iPhones, iPads y Macs de Apple.
La esencia de una gran normativa
La normativa completa (enlace PDF) consta de cientos de páginas y se refiere sobre todo a los materiales, la fabricación y el tratamiento de las baterías al final de su vida útil.
Un aspecto clave de la nueva normativa es la creación de una economía circular de las pilas, con objetivos estrictos de recuperación de residuos (63 % para finales de 2027, y del 73 % para finales de 2030 en el caso de las pilas portátiles) y de recuperación de litio (50 % para finales de 2027, y del 80 % para finales de 2031).
También hay objetivos de reciclado, incluidos niveles mínimos obligatorios de contenido reciclado para baterías industriales, SLI (estándar, ligeras y de encendido) y baterías de vehículos eléctricos. La documentación sobre el origen de los materiales de las baterías va a ser una parte fundamental del proceso.
El empeño de Apple desde hace tiempo por utilizar materiales más respetuosos con el medio ambiente en sus productos y embalajes me hace pensar que abrazará estas iniciativas concretas.
De hecho, es probable que Apple las cumpla antes de tiempo. Pero hay una parte de la nueva normativa contra la que Apple, y de hecho gran parte del resto de la industria de teléfonos y tablets, probablemente luchará: el artículo 11.
Foundry
Baterías extraíbles y reemplazables
El artículo 11 se refiere a la posibilidad de extraer y sustituir las baterías portátiles y las baterías LMT. Las consideradas LMT son baterías de “transporte ligero y medio”, es decir, que pesan menos de 25 kg y se fabrican específicamente para vehículos más pequeños como patinetes, monopatines eléctricos, bicicletas y no son asunto de Apple.
Pero la normativa define las “baterías portátiles” como “una batería sellada, que pesa 5 kg o menos, no está diseñada específicamente para uso industrial y no es ni una batería de vehículo eléctrico, ni una batería LMT, ni una batería SLI”.
En otras palabras, casi todo lo que fabrica Apple. Es decir, iPhones, iPads, MacBooks, Apple Watch, incluso Apple Vision Pro.
Estas son las menciones más importantes:
Toda persona física o jurídica que comercialice productos que incorporen baterías portátiles deberá garantizar que dichas baterías sean fácilmente extraíbles y sustituibles por el usuario final en cualquier momento durante la vida útil del producto.
Una pila portátil se considerará fácilmente extraíble por el usuario final cuando pueda extraerse de un producto con el uso de herramientas disponibles en el mercado, sin que sea necesario el uso de herramientas especializadas.
Habrá una excepción y será cuando el fabricante suministre gratuitamente junto al producto, herramientas patentadas, energía térmica o disolventes para poder desmontar el producto de forma sencilla.
A primera vista, la normativa dice que para 2027 Apple tiene que fabricar iPhones, iPads y MacBooks de forma que puedas comprar una batería y cambiarla tú mismo sin necesidad de usar destornilladores, pistolas de calor u otras cosas.
Además, la normativa obliga a proporcionar documentación e información de seguridad que indique a los usuarios cómo puede proceder en caso de sustitución.
Hay algunas excepciones para determinadas clases de dispositivos médicos, pero no se aplican a nada de lo que fabrica Apple. No está claro si el programa de reparación de Apple cumplirá las normas de la UE, pero es dudoso, ya que se requieren herramientas especializadas y energía térmica.
Apple dice que la gente debe tener “experiencia con las complejidades de la reparación de dispositivos electrónicos”. Eso no parece ser lo que propone actualmente la Unión Europea.
¿Cuáles serán los pasos de Apple?
Es probable que Apple, junto con muchos otros fabricantes de teléfonos y tablets, luche contra la normativa en los tribunales. No se sorprenda si la fecha de 2027 se retrasa fruto de las batallas legales.
Es posible que la industria llegue a un compromiso que permita a los usuarios que el fabricante les cambie las baterías sin coste adicional, argumentando que así se cumple el objetivo de impulsar la recuperación de las baterías y prolongar la vida útil de los aparatos electrónicos.
Si no es así, va a suponer un enorme cambio en la forma en que se diseñan los teléfonos y las tablets. Hubo un tiempo en que los teléfonos Android más populares tenían baterías extraíbles, pero incluso empresas como Samsung, que en su día promocionaron estas características como una ventaja, se han alejado de ellas.
Fabricar un teléfono que se pueda abrir con relativa facilidad requiere el uso de juntas, conectores y demás, lo que hace que los teléfonos sean más gruesos, menos duraderos y más difíciles de impermeabilizar o proteger del polvo.
El mercado ha hablado y los consumidores no han dado prioridad a las baterías extraíbles en sus decisiones de compra.
Apple
Apple nunca ha fabricado baterías extraíbles para iPhones o iPads, por lo que ajustarse a la normativa manteniendo la rigidez de sus diseños podría suponer un enorme reto.
Algunos MacBooks tuvieron baterías extraíbles hasta 2012. Había que quitar un montón de tornillos para abrir la parte inferior del portátil, pero era algo relativamente sencillo que cumpliría los requisitos de esta normativa.
No es difícil imaginar que Apple podría volver a fabricar portátiles con baterías extraíbles sin mucho compromiso: al fin y al cabo, no son resistentes al agua.
El Apple Watch probablemente quedaría fuera como exención al alinearse a “aparatos diseñados específicamente para funcionar principalmente en un entorno que está regularmente sujeto a salpicaduras de agua, exposición o inmersión en agua, y que están destinados a ser lavables o enjuagables”
El diseño de las Vision Pro utiliza actualmente una batería independiente. No está claro si eso es suficiente, o si dicho paquete de baterías tendría que permitir a los usuarios abrirlo y sustituir la propia batería, manteniendo la carcasa y las conexiones de los cables. En cualquier caso, no parece un gran obstáculo para Apple.
Pero para los iPhones y iPads es un asunto importante. Es casi seguro que la conformidad supondrá un cambio en el grosor y el peso de estos dispositivos y posiblemente comprometerá su impermeabilidad.
Muchos dirán que les gusta la idea de comprar simplemente una batería para su iPhone de tres años y cambiarla para recuperar la autonomía perdida, pero ¿merece la pena hacerlo a cambio de tener un iPhone más grueso y pesado? ¿Sobrevivirán de la misma forma a caídas en la piscina?.
Aún faltan cuatro años para que se cumpla el plazo, y la normativa ni siquiera se ha firmado formalmente (aunque se espera que lo haga). Por tanto, Apple y otras grandes empresas del mercado tienen tiempo para reaccionar, tanto con recursos legales, como con cambios en el diseño de sus productos.
Recordemos que no sería el primer cambio que tenga que acometer Apple, ya que el iPhone actual debe cambiar a USB C en 2024 para seguir la normativa de la UE. De esta forma, el puerto de carga estándar se convertirá en el conector que utilizará Apple en sus móviles, iPads y Macs.
Artículo original publicado en la edición en inglés de Macworld.com.